Francisco Arce nuevo entrenador Paraguay ocupando el lugar de Gerardo Martino


El regreso de un hombre de la casa… Así vive buena parte de la afición en Paraguay la llegada de Francisco Arce al cargo de entrenador del combinado nacional en lugar del argentino Gerardo Martino. Y esto no porque el Chiqui haya dirigido previamente al seleccionado, vale aclarar, ya que lleva apenas un puñado de años en el rol de técnico. La razón hay que buscarla en la manera en que este ex lateral derecho supo defender la camiseta albirroja en su época de futbolista.

Las estadísticas dan una idea cabal al respecto. Durante sus 14 años de carrera como jugador, Arce dedicó 12 a la selección, con la que disputó dos Copas Mundiales de la FIFA, tres eliminatorias mundialistas, un Torneo Olímpico de Fútbol y tres Copas América. En total, jugó 61 partidos y marcó 5 goles. De ahí que, a pesar de su corta experiencia y sus nóveles 40 años, afirme a FIFA.com: “Me siento feliz de haber vuelto a un lugar del que siento nunca me fui. Con otra función, claro está, pero una para el que me preparé a consciencia. Estoy listo para el desafío”.

Convicciones firmes
La seguridad de sus palabras hoy es la misma que exhibía marcando punta allá por 1991, cuando debutó en Cerro Porteño. En poco tiempo se transformó en un indiscutible del Ciclón, con el que ganó tres títulos nacionales antes de emigrar a Brasil, cuna de notables laterales. Lejos de amedrentarse, continuó cosechando éxitos en Gremio de Porto Alegre y Palmeiras, incluyendo una Copa Libertadores con cada uno. Por algo integró en siete temporadas consecutivas el equipo ideal de América.

En 2007, apenas dos años después del retiro, comenzó en la dirección técnica. Cerca estuvo hacerse cargo del sub-20 cuando Martino arrancó su proceso al frente de la selección mayor, aunque Arce honró un compromiso que tenía para ser ayudante en Libertad del uruguayo Sergio Markarian, quien no sólo lo hizo debutar en Cerro, sino al que considera “casi un padre”.

Aún así, Arce siempre estuvo cerca de la selección y de Martino, quien incluso terminaría recomendándolo para el cargo. Su primera experiencia como entrenador principal fue en 2008 al frente del humilde Rubio Ñu, al que ascendió a Primera y luego transformó en protagonista del fútbol grande paraguayo.

Puesto a definirse como entrenador, Arce vuelve a ser contundente. “Lo más importante es definirse como persona: soy franco en la relación con el otro, recto y responsable. Así fue de hijo, de adolecente y durante mi carrera, y eso no ha cambiado. Creo mucho en aquello de que donde comienza el deber termina la amistad, y eso va a ser importante porque ahora me tocará dirigir a algunos con los que compartí equipo”, afirma este ariano nacido el 2 de abril de 1971.

“En lo futbolístico, me gustan los equipos cercanos a mi manera de jugar: prácticos, simples y con respeto al buen juego”, continúa. “Crecí en un club con esa filosofía y destaqué en Brasil ocho años con una ideología similar. Con mi cuerpo técnico lo ejecutamos en Rubio Ñu y tuvimos buenos resultados. No vamos a cambiar”, sentencia el Chiqui, padre de dos mujeres y un varón.

Ideas, conceptos y objetivos
Arce integró junto a Celso Ayala, Denis Caniza y Carlos Gamarra una de las mejores defensas paraguayas de todos los tiempos. Quizás por eso arranca desde atrás la evaluación de la selección actual. “No me apego a ningún sistema en particular, aunque así como está el equipo hoy, comenzaríamos con cuatro en el fondo. La idea es trabajar un concepto: salir con la pelota bien armada, tener seguridad en el manejo y creatividad del medio hacia adelante”, avisa Arce, quien hizo su debut en un partido homenaje a Salvador Cabañas en México el miércoles 10 de agosto.

Su análisis apunta a un lugar específico. “Existe una consciencia generalizada, algo que incluso decía Martino: al seleccionado hay que sumarle juego. El paraguayo es muy verticalista, está acostumbrado a pasar las líneas y que todo se resuelva con la garra o con situaciones de especialistas, como la pelota parada o el juego aéreo. El fútbol de hoy necesita descansar con el balón, e intentaremos incorporar eso. No es una tarea ni fácil ni difícil sino intermedia, porque la jerarquía de los jugadores facilitará todo”.

Arce jamás deja de ver el gran cuadro, ni siquiera cuando se le recalca el poder ofensivo que le dan Nelson Valdez, Lucas Barrios, Roque Santa Cruz, Oscar Cardozo… “Es cierto, pero los delanteros solos no resuelven. De hecho, no pudieron hacerlo en la Copa América. Ellos dependen de un sistema. La idea es crear condiciones para que puedan usar sus cualidades cerca o dentro del área”, esgrime.

El Chiqui, que hará su presentación oficial en un amistoso ante Honduras el próximo 6 de septiembre, sabe que las eliminatorias rumbo a Brasil 2014 serán durísimas a pesar de la ausencia del organizador, y se hace cargo de la obligación que tiene Paraguay de asistir a su quinta Copa Mundial consecutiva. “¡Yo conozco y entiendo cómo funciona la presión, hasta donde entra en el cuerpo y afecta el alma! Por eso le digo que estamos bien, que nos puede faltar experiencia pero confiamos a muerte este grupo de trabajo”, concluye.