Landreau, el sutil tercer hombre










El próximo 15 de junio la selección de Francia entrará en liza frente a Honduras en el Grupo E de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™. Todos los internacionales franceses esperan estar en Porto Alegre ese día, y aguardan con impaciencia la lista definitiva de Didier Deschamps.

“Personalmente, lo llevo con bastante tranquilidad, porque ya he vivido un Mundial y una Eurocopa y sé lo que es”, explicó Mickaël Landreau a FIFA.com. “Si no me llevan, me decepcionará, evidentemente, pero si me llevan sabré por qué ha sido. Sé lo que debo aportar al equipo, a la plantilla y sobre el terreno de juego. Al fin y al cabo, está bastante claro”.

Con su habitual deportividad, el portero de 34 años respetará la decisión de su seleccionador, quien, desde que asumió el cargo en agosto de 2012, le ha permitido regresar a los Bleus después de más de dos años de ausencia. El suplente de Hugo Lloris y de Steve Mandanda considera que las decisiones de Deschamps se comprenden y se respetan: “Pienso que, con respecto a lo que ha venido haciendo, confiamos en lo que siente, en su análisis. Goza de una verdadera legitimidad y no deja nada al albur. Es alguien que forma una piña en torno a él, ya sea como jugador o como entrenador”.

Landreau, a punto de cumplir los 35, luce una frescura y un entusiasmo que dan a veces la sensación de que el tiempo no hace mella sobre este veterano, quien inició su carrera profesional con el Nantes en 1996, a los 17 años. Posteriormente, este especialista en detener penas máximas, verdadero fenómeno bajo palos, hizo las delicias de las aficiones del París Saint-Germain, del Lille y, actualmente, del Bastia. El pasado diciembre batió con el conjunto corso el mítico récord de Jean Luc Ettori de más partidos jugados en la liga francesa.

Con la selección, suma 11 internacionalidades, aunque la última se remonta a 2007. “Fui el titular en determinados periodos; sobre todo en la fase de clasificación para la Eurocopa 2008”, recordó. “No tengo nada que lamentar al respecto. La vida en el fútbol de selecciones y de clubes es totalmente diferente. Aunque se pueda estar frustrado en ocasiones, uno está a disposición de su país, y debe aportar el máximo al grupo y ser ejemplar”. 



Recambio de lujo

Con ese mismo sentido del deber, fue partícipe de la aventura de los Bleus hasta la final contra Italia hace ocho años; una gesta que confía en reeditar en Brasil: “Personalmente, cuando voy a algún sitio, siempre me imagino completar la mejor trayectoria posible y, en todo caso, implicarme y aportar el máximo. Eso cuando me seleccionan, por supuesto… (risas). Así ocurrió en 2006, en que fui al Mundial con esas ganas de cumplir mi función de la mejor forma posible, en un contexto que era muy delicado entre Fabien Barthez y Gregory Coupet. Me adapto a lo que se presente”.

Hoy, el ambiente entre Lloris y Mandanda parece mucho más distendido: “Hay mucho respeto entre ellos. También hay una gran comprensión del papel de cada uno. Ser el número uno es diferente de ser el número dos. Conozco a Steve desde hace años, y tenemos una cierta complicidad. Es alguien con una gran inteligencia, y que posee un verdadero sentido del colectivo. Hace todo lo que puede para que el nivel del entrenamiento sea muy elevado, y para que Hugo pueda estar en las mejores condiciones”.

Ese positivo espíritu de emulación entre los porteros viene a ilustrar la nueva dinámica que mueve desde hace varios meses a los jugadores galos, quienes parecen contar con las armas necesarias para borrar el desastroso recuerdo dejado en Sudáfrica 2010. “Francia es un buen tapado”, anticipó con prudencia Landreau. “El primer partido será muy importante, porque siempre hay mucha presión. Se dan tales expectativas en torno a un Mundial que hay que llevar bien el acontecimiento y gestionarlo bien; y más frente a equipos que están bien físicamente. Este primer partido puede tanto lanzarte como añadirte más presión todavía. Todo el mundo tiende a subestimar a Honduras, pero, por experiencia, puedo asegurar que un primer partido nunca es fácil. Por eso el seleccionador insiste tanto en ese aspecto”, concluyó.