Vladimir Petrovic tiene grandes planes para Serbia.


Habiendo disputado dos Copas Mundiales de la FIFA, una vivencia que él describe como "la más gloriosa de mi vida", el técnico se ha propuesto firmemente que sus jugadores saboreen el mismo éxtasis.

El romántico empeño de Petrovic se sustenta sobre un riguroso pragmatismo. A lo largo de sus dos décadas de experiencia como entrenador, ha aprendido una verdad universal acerca de la vida en la caseta: las visiones beatíficas a largo plazo deben alimentarse con éxitos a corto plazo.

Así las cosas, y pese al hecho de que tomó las riendas del equipo de manos de Radomir Antic cuando Serbia ya había entablado los dos primeros partidos de la competición preliminar para la Eurocopa de la UEFA 2012, el ex entrenador del Estrella Roja sabe demasiado bien que la presión está ahí. En seis clasificatorios del Grupo C, el balance de su selección ha sido de dos victorias, dos empates y dos derrotas, y mientras Italia se ha perdido de vista en lo alto de la tabla, Serbia se encuentra enzarzada en un duelo con Eslovenia por una de las plazas con derecho a disputar la repesca.

Impresiones del sorteo y del equipo
En consecuencia, la ilusión de Petrovic por asistir al reciente sorteo preliminar de Brasil 2014 se vio temperada por la conciencia de que solo una mejoría tangible de los resultados le permitirá permanecer en el cargo durante la campaña mundialista. El técnico reveló a FIFA.com: "Disfruté de veras mi asistencia al sorteo, y el Mundial es un gran desafío para cualquiera. Pero en cierto sentido me resultó extraño ponerme a pensar en 2014 cuando aún estamos a medias de la clasificación para la Eurocopa. Estoy ilusionado acerca del Mundial en Brasil, como todo el mundo, pero el hecho es que mi destino, así como el de la mayoría de los seleccionadores en Europa, vendrá determinado por nuestro desempeño en la competición preliminar de Polonia y Ucrania".

Petrovic, según él mismo admite, no ha gozado del más auspicioso de los comienzos al frente del combinado nacional, pues perdió en casa ante Estonia en su primer encuentro y luego tuvo que contemplar impotente cómo los disturbios causados por ultras serbios en Génova obligaron a cancelar su segundo compromiso. La subsecuente concesión de la victoria a Italia no le facilitó precisamente la tarea, ni tampoco los puntos cedidos en Estonia. Con todo, el equipo de Petrovic solo está tres enteros por debajo de Eslovenia con un partido menos, y el rendimiento de la nueva generación de jugadores en su triunfo vital por 2-1 sobre Irlanda del Norte es un buen augurio de lo que está por venir. "No ha sido fácil hasta ahora", reconoció el estratega, "pero estoy construyendo un equipo que puede servir muy bien a Serbia durante los próximos cuatro años. Hemos dicho adiós a algunos jugadores veteranos y ahora contamos con varios muchachos más jóvenes que, si todo sale bien, seguramente serán piezas clave de la selección para cuando llegue el próximo Mundial.
Mi destino, como el de la mayoría de los seleccionadores en Europa, vendrá determinado por nuestro desempeño en la competición preliminar de Polonia y Ucrania.
Petrovic, seleccionador de Serbia.

"La media de edad de nuestra plantilla está en torno a los 26 años, lo cual me agrada, y espero que esta escuadra, con la incorporación de más jóvenes valores a medida que pase el tiempo, permanezca junta durante varios años. Pero lo más importante para nosotros es clasificarnos. Yo tengo mis ideas y mis planes para el futuro, pero soy lo bastante realista para saber que no se me permitirá llevarlos a cabo si no consigo algún éxito. Así es la vida de un entrenador".

En torno a Brasil 2014
No es que eso le impida soñar. Petrovic, para quien el acceso a la Eurocopa 2012 podría significar la prolongación automática de su contrato, ya se ha puesto a darle vueltas al certamen de Brasil 2014 y a la posibilidad de replicar la experiencia que saboreó con Yugoslavia en 1974 y 1982. "Para todos los implicados en una selección nacional, jugadores, entrenadores y seguidores, el Mundial es lo máximo", afirmó. "Durante mi carrera como futbolista, yo tuve la suerte de participar en dos de ellos, y ahora quiero tener la misma experiencia como seleccionador. Si puedo conseguirlo, entonces podré decir que he logrado algo especial".

"Creo que quien no ha estado en un Mundial a lo largo de su carrera, siempre sentirá que le falta algo, y solo quienes hayan jugado o entrenado en un Mundial entenderán lo que quiero decir con eso. Jugar para mi país en un campeonato del mundo fue el momento más glorioso de mi vida", añadió.

Falta por ver si Serbia, que decepcionó en Sudáfrica 2010 después de cuajar una excelente campaña clasificatoria, regresará a la prueba reina en 2014. El sorteo preliminar le ha deparado un grupo abierto y muy equilibrado, en el que sus cinco rivales (Croacia, Bélgica, Escocia, Macedonia y Gales) aspiran a lo mismo. En el momento de conocer ese designio, Petrovic lo describió como "uno de los grupos más difíciles de todos", y observó que es casi imposible predecir el campeón del lote a estas alturas.

"El fútbol cambia constantemente", razonó. "Me resulta difícil hablar hoy de quiénes serán los favoritos en 2014, y ni siquiera de quiénes se clasificarán, porque los equipos siempre están cambiando y desarrollándose. De lo que sí estoy seguro es de que cada partido que disputemos en esta sección será muy duro. Al final, un punto o incluso un gol podrían acabar siendo decisivos".

Dados los minúsculos márgenes que separan su éxito de su fracaso y del espectro del desempleo que acompaña como una sombra a los seleccionadores nacionales, no es de extrañar que los planes a largo plazo sean un lujo que muy pocos entre ellos pueden permitirse.