El futbolista surcoreano Nam Tae-Hee al acecho de la ocasión







“Un viaje de mil millas comienza con el primer paso”, dijo Lao Tse. Es un proverbio que el futbolista surcoreano Nam Tae-Hee ha hecho suyo. Nam decidió salir de su casa a la edad de 16 años para partir a la conquista de los campeonatos extranjeros. En 2007, mientras él todavía era un estudiante de secundaria en Seúl, se expatrió a Inglaterra para, en 2008, incorporarse a la cantera del Reading.

Para muchos esa decisión habría sido difícil de tomar, pero Nam la considera “natural”. “Mi marcha a Europa a los 16 años no me supuso ningún problema porque yo ya me había alejado de mi familia para ir a la escuela a los 10 años”, declara a FIFA.com.

Su destino, sin embargo, no estaba en Inglaterra, y Nam cruzó el Canal de la Mancha un año después para firmar su primer contrato profesional con el Valenciennes. Su adaptación a su nuevo entorno no fue fácil porque él no dominaba el idioma de Molière.

“El Reading me propuso un contrato, pero yo estaba obligado a salir de Inglaterra por cuestiones administrativas. La mejor solución era mudarme a Francia, al Valenciennes. Ese club me dio la oportunidad de jugar en la Ligue 1. Fue una gran alegría jugar en el primer equipo y firmar mi primer contrato profesional”.

Nam disputó tres temporadas en el campeonato francés. Libró su primer partido en agosto de 2009 frente al Nancy, convirtiéndose a los 18 años en el jugador asiático más joven en pisar los campos de la división de honor gala. “Yo era joven y necesitaba desarrollar mi juego. Aprendí mucho en Francia al lado de buenos jugadores y de un entrenador con mucha experiencia”, recuerda.

Pero el Messi coreano, como le apodaban en el Valenciennes, puso rumbo a Qatar en 2012 para vestir la camiseta del Lekhwiya. No tardó en imponerse en el emirato, terminando segundo de la liga y levantando la Copa del Príncipe Heredero el curso pasado, antes de coronarse campeón en esta campaña.

“No jugaba mucho con el Valenciennes, y por eso decidí marcharme a Qatar, para tener más minutos de juego. Allí he estado tres temporadas, y creo que ha llegado la hora de regresar a Europa para asumir un nuevo desafío”, explica.

Éxito olímpico
El volante de 22 años retornó a Inglaterra en 2012, pero esta vez con la selección de la República de Corea, para participar en los Juegos Olímpicos de Londres. En el torneo de fútbol londinense, Nam y compañía superaron la fase de grupos por segunda vez en su historia, para a continuación colgarse la medalla de bronce y consumar la mejor actuación del combinado nacional en la competición.

Nuestro interlocutor rememora ese hito histórico: “El torneo olímpico fue difícil, pero cuajamos buenos partidos. Aprendimos a jugar juntos y a dar muestras de combatividad frente a equipos prestigiosos. Para mis compañeros y para mí, fue genial conseguir tan merecidamente esa medalla de bronce. Aún recuerdo el choque contra Gran Bretaña, que ganamos nosotros en la tanda de penales. Ese torneo se me ha quedado grabado para siempre en la memoria”.

Un sueño de infancia
A diferencia de la selección olímpica, la absoluta de la República de Corea pasó muchos apuros para ingresar en la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™. Obtuvo el pase al quedar segunda del Grupo A por su mejor diferencia de goles que Uzbekistán.

Nam considera que la elevación del nivel de juego en Asia durante los últimos años dificulta cada vez más la clasificación mundialista: “La suerte ha estado de nuestro lado en varios partidos. Con todo, creo que merecemos nuestra clasificación después de haber realizado algunas buenas actuaciones en los últimos tiempos, y yo espero que continuemos con la misma tónica”.

Tres desafíos de envergadura en la gran fiesta del fútbol mundial aguardan a los surcoreanos, que han quedado encuadrados en el mismo grupo que Bélgica, Rusia y Argelia. Nam estima que “este lote no es fácil y los pronósticos no nos son favorables”.

El compañero de equipo del defensa argelino Madjid Bougherra en el Lekhwiya añade a continuación: “Podemos pasar a la siguiente fase si damos la cara. El partido contra Rusia será el más importante, puesto que es el primero. Luego veremos cómo jugar contra Bélgica y Argelia, que también son dos grandes equipos”.

Nam nos cuenta sonriendo: “Hablo todos los días con Madjid del Mundial. Nuestro entrenador, Eric Gerets, es belga. También discute con nosotros de la competición y de las posibilidades de cada equipo”.

Aunque todavía no está seguro de que comparecerá en Brasil 2014, Nam es optimista en lo que respecta a su selección: “Vi el torneo de Corea y Japón 2002 cuando era un chaval, y desde entonces sueño con jugar en el Mundial. Espero tener ocasión algún día de tomar parte en la prueba reina”.

Quién sabe. Tal vez esa ocasión está más cerca de lo que él se imagina, sobre todo teniendo en cuenta lo rápido que ha aprendido a aprovechar las oportunidades cuando se le presentan.